La vida de cada hombre es un camino hacia sí mismo, el intento de un camino, el esbozo de un sendero.
Cuando odiamos a alguien, odiamos en su imagen algo que está dentro de nosotros.
Cuando se teme a alguien es porque a ese alguien le hemos concedido poder sobre nosotros.
Hay quienes se consideran perfectos, pero es sólo porque exigen menos de sí mismos.
La belleza no hace feliz al que la posee, sino a quien puede amarla y adorarla.
La felicidad es amor, no otra cosa. El que sabe amar es feliz.
Hago mi camino cansado y polvoriento, y detenida y dudosa queda tras de mí la juventud, que baja su hermosa cabeza y se niega a acompañarme.
Podemos comprendernos unos a otros, pero sólo a sí mismo puede interpretarse cada uno.
Creo que una religión es tan buena como cualquier otra. No hay ninguna en la que no se pueda convertir uno en un sabio, y ninguna en la que no se pueda cometer el más estúpido fetichismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario